Jugoslavija. Cuando éramos carajitos, y que veíamos ese nombre en el emblema de uno de los países que iba a jugar el mundial de 1982, no podíamos evitar de pensar a «Jugo», como jugo de fruta, y a hacer los juegos de palabras que se imponen.
Yugoslavia siempre fue un gran país de fútbol. Semi-finalista en 1930, varias veces cuarto-finalista, la última vez en 1990, eliminada en la tanda de penales por la Argentina del arquero Sergio Goicoechea y Diego Maradona, a quien le atajaron el penalty; dos veces finalista de la Eurocopa, en los años 60.
Con un partido de Eslovenia (frente a Argelia) y otro de Serbia (frente a Ghana), está claro, Yugoslavia habría podido jugar hoy. País de fútbol como pocos, la guerra dividió a los pueblos y desde entonces (salvo en el 94, en pleno conflicto) han participado en los mundiales con dos equipos. « Yugoslavia » (aunque Bosnia ya era independiente) y Croacia en el 98, Eslovenia y Croacia en el 2002, Croacia y Serbia en el 2006, Serbia y Eslovenia en el 2010 (y casi fueron tres, Bosnia fue eliminada en la repesca).
Asi que este artículo de ficció del Correo de los Balcanes (en francés), Yugoslavia campeón mundial, no es tan difícil de imaginar : Football : La Yougoslavie championne du monde 2010 !
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